Tomado de https://ya.ru/video/preview/6175627649239096069 (documental en ruso y en vez de subtítulos pusimos aquí la transcripción del texto en español)
Nunca le hizo falta que lo presentaran: todos lo conocían. Su nombre abría todas las puertas. Lo respetaban y le prestaban atención los políticos, artistas, escritores y pintores conocidos. Nuestro Rasul, así es como lo llamaban y siguen llamando en su tierra. Cada daguestaní aprecia a este personaje y pronuncia su nombre con emoción y afecto, y lo más importante, con orgullo. Recibió muchos premios, condecoraciones, títulos, pero el más importante de ellos, el título eterno e inmortal, es el de Poeta, Poeta Rasul Gamzátov. Nació el 8 de septiembre de 1923, en el seno de la familia del poeta daguestaní Gamzat Tsadasý, oriundo de un pequeño aúl, o población, de Tsadá. Desde su infancia, sentía una gran afición a la poesía: comenzó a escribir sus primeros versos a unos nueve años. ¿Qué fue aquello? ¿El primer intento, o la elección hecha de una vez para siempre? Es posible que sus primeros versos fueran ingenuos o crudos, como decían los críticos. Aun así, ¡cuánta pasión e ímpetu juvenil tenían! Dar los primeros pasos en la creación de poemas era para Rasul más complicado que para otros jóvenes poetas. Tenía a su lado el ejemplo de su padre, por eso, involuntariamente, los comparaban. “Cuando era adolescente y estaba aún vivo mi padre -escribió Rasul Gamzátov en su libro “Mi Daguestán”-, tuve que pasar por Junzaj. Me retiré de la carretera principal y tomé un sendero. Un viejo montañés, al verme, se detuvo y me dijo: ˋDeja a tu padre la vía que es suya, búscate otra, un sendero propio. Le obedecí y me puse a buscar mi propio caminoˊ”.
Encontró su vía, su propio camino, su país en la poesía. Siempre escribió humana y apasionadamente. El poeta Kaisýn Kalíev lo calificó así: “Una de las maravillosas cualidades del poeta lírico Gamzátov es la capacidad de hablar con la gente de lo más imprescindible hoy en día, captar sin equívocos las aspiraciones del hombre moderno, de su contemporáneo, lo cual demuestra su enorme valor artístico, porque el talento y la sensibilidad, como bien se sabe, son casi sinónimos”. El joven Rasul buscó, ilusionado, al poeta veterano de guerra Effendi Kapíev, le declamó sus poemas, sin embargo, no escuchó elogios en respuesta. “En el idioma avar suenan mejor”, dijo Rasul para justificarse. “Tal vez -fue la respuesta-, pero ahora son otros tiempos, se necesitan otros versos. Debes viajar a estudiar a Moscú”. Moscú y el Instituto de Literatura lo enriquecieron mucho. Según sus propias palabras, él “aprendió a sostener una pluma en las manos”, estar sentado y agachado encima de una hoja de papel blanca, amar y valorar el sagrado placer de escribir. “Si a la prodigiosa poesía avar he aportado, al menos, tres piedritas, si mis versos tienen suficiente fuego para encender tres cigarrillos, todo eso se lo debo a Moscú, a la literatura rusa, a mis amigos y maestros”, decía Rasul.
Gennadi Ivánov, el primer secretario de la Unión de Escritores de Rusia: “Lo que siempre me impresionó era su encanto, su carisma. Cuando se levantaba y empezaba a hablar, se transformaba toda la sala. Pasa a veces que una persona empieza a hablar, pero sus palabras no hacen eco, la naturaleza no le ha dotado de esta cualidad, de este carisma. Rasul Gamzátov, sin duda alguna, tenía este don, este imán de atraer a la gente. Con su discurso comunicaba una excepcional bondad, una sonrisa siempre presente en todas sus palabras, no mostrar a sí mismo, sino lo que dice su verso: “Gente, gente, altas estrellas, ojalá las alcance volando”. Por supuesto, era algo estremecedor, sublime. En cambio, cuando hablaba con sus oyentes, se hacía sentir su bondad, su cordialidad y calidez humana. Procuraba “cargar” de toda esta energía a sus interlocutores, quienes lo sentían y le respondían con lo mismo”.
El legado poético de Rasul Gamzátov es todo un libro de la vida. Sus obras han sido traducidas a 80 idiomas del mundo. Cualquiera que sea el idioma al que se traduzca su poesía, para sus lectores es un libro abierto de la sabiduría y valentía, del amor y el dolor, de la nobleza y la bondad, del instante y la eternidad. El sueño de Rasul siempre ha sido crear su propio teatro que se llamara así mismo: teatro poético. Tal vez, este sueño no se hiciera realidad tal y como lo quería él, aunque sus obras, aún cuando estaba vivo, se plasmaron en el escenario. El espectáculo más famoso, basado en su obra, que, además, se representó como ballet y cine, es “La montañesa”.
Para Rasul eran de un valor incalculable los montajes en su entrañable Teatro de Drama y Música avar.
Jabdulá Abdulgapúrov, director de este teatro: “Nuestro gran poeta Rasul nunca dejó a un lado el teatro avar. Igualmente, significa mucho el hecho de que, en su juventud, trabajó en nuestro teatro. Eso quiere decir que guardaba en su alma la atracción por el arte dramático, el teatro que lleva el nombre de su padre. Es lógico que montemos aquí muchas de sus obras”.
En este teatro se estrenaron muchos y diferentes recitales musicales y literarios. Aunque la escenografía de los montajes invariablemente comienza con “La montañesa”, puesta en escena dos veces: la primera, en 1960, durante su década en Moscú, y la segunda, en 2008, siempre con gran éxito.
Jabdulá Abdulgapúrov: “En especial se debe destacar “La montañesa”, presentada en los años 60, durante la década del teatro y el arte en Moscú, en el teatro Maly y otros teatros capitalinos, que se mereció muy buenas reseñas y comentarios. Posteriormente su montaje se llevó a cabo en la República de Daguestán y otras ciudades de la URSS. En 2008 se renovó su base literaria, pues se incorporaron muchas estrofas del poema homónimo de Gamzátov, lo cual tuvo una buena acogida de los espectadores, porque fue un soplo de oxigenación a su alta poesía, su trasfondo y temática social, moral y estética totalmente actualizados”.
El repertorio del Teatro de Drama y Música avar ofrece las obras como “Mi Daguestán, La palabra del montañés, El corazón ardiente, Canto a la madre”, otras obras en verso y prosa de Rasul Gamzátov, que son de gran ayuda para sus espectadores, porque cada uno de ellos sabe que en su propio idioma, en avar, suena mucho mejor que traducidas.
Jabdulá Abdulgapúrov: “Estoy seguro de que con el tiempo llegarán otros traductores de sus obras, que van a reconsiderar las traducciones que existen actualmente, las que alteraron en parte sus raíces, las referencias etimológicas, étnicas, ni han descubierto plenamente sus rasgos nacionales”.
Poesía de Rasul Gamzátov en finés
Por su significado y trascendencia cultural, Rasul Gamzátov personifica las cumbres más altas del Cáucaso. Su talento llegó a ser el segundo mar Caspio de Daguestán. Sin él se siente dolor y tristeza, sin él se queda un vacío. Y no solo en el alma y en el corazón, sino físicamente también. En los corredores de la Unión de Escritores de Daguestán reina el silencio. No se ve el bullicio de antaño. Casi no se abren las puertas de su despacho, en el que durante 42 años de los 52 ocupó el puesto de presidente: atendía a los visitantes, leía cartas que recibía de todo el mundo, discutía con los colegas problemas pendientes, creaba sus obras. Aquí, en su despacho todo sigue igual. Solo aparecieron unos armarios de vidrio que guardan sus cosas personales, distintas ediciones. Ahora es un museo.
Hay un pequeño rincón de su memoria en el colegio # 50 de la ciudad de Majachkalá que lleva el nombre de Rasul Gamzátov. Por ahora no es más que un rinconcito, en que están reunidas las fotos de los archivos personales, trabajos de los estudiantes de una escuela de pintura que participaron en el concurso dedicado a las obras del poeta. Van muy lejos los planes para ampliar este museo.
Majach Izíev, director del colegio: “Estos son los bosquejos de una posible fachada del museo. Las puertas estarán adornadas con incrustaciones al estilo artesanal daguestaní. Teniendo en cuenta que Rasul Gamzátovich enalteció en su poesía la auténtica cultura de su pueblo, queremos reflejar esta cultura y costumbres en cada detalle expuesto, de las que tan a menudo habló en sus versos. Es el tallado en madera, tallado en piedra, las obras de joyería, alfarería. Otra idea que tenemos es construir una maqueta de su casa natal. Por cierto, el soporte tendrá incrustaciones de unos maestros artesanos. Así es como se va a ver la sala del museo. Quiero destacar que nos ayudaron con estos bosquejos los estudiantes de la Escuela de Arte Dalgat Djemal”.
En otoño de 2001, cuando el poeta aún estaba vivo, se le dio su nombre a una biblioteca distrital, en una ciudad hacia el norte de Daguestán. Desde esta fecha, los empleados de la biblioteca promueven las obras de Rasul Gamzátov, popularizándolas entre los más jóvenes lectores. Así, prepararon y celebraron una serie de eventos; entre ellos, el que representa el mayor interés y significado es el proyecto internacional “Leamos a Rasul Gamzátov”. Su preparación duró nueve meses. 53 bibliotecas de distintos países del mundo organizaron encuentros, fiestas, concursos y recitales, recolectaron un material metodológico único, de libre acceso para cualquier persona interesada.
Los estudiantes de un colegio escenificaron el poema de Rasul "Grullas"
Elmir Yakúbov: “En un blog especial están expuestos los materiales que pueden ayudar a nuestros colegas de distintos países a contar la vida de Rasul Gamzátov a sus coterráneos. Cada día publicamos, al menos, una de sus poesías dedicada a una u otra fecha. Por lo general, son poemas dirigidos a sus amigos, familiares, personas allegadas, cuyos cumpleaños se están celebrando en esta fecha. También hay muchos otros poemas dedicados, por ejemplo, al Día del Profesor, Día de la Protección del Medio Ambiente. No fueron escritos a propósito de estas celebraciones: solo intentamos encontrar en su legado algo que vaya de la mano con nuestro estado de ánimo y actitud en relación con ellas”.
Como una conclusión lógica de este proyecto fue la invitación para los participantes a la patria del poeta, quienes, al visitarla, se enamoraron de la poesía de Rasul y su tierra natal, de su majestuosa belleza.
Elmir Yakúbov: “Es muy gratificante percatarse de que nuestros esfuerzos resultaron muy fructuosos. Sembraron buenas semillas, las semillas de la fraternidad, de la amistad, del amor hacia la tierra natal. Las sembró Rasul Gamzátovich, mientras que nosotros continuamos cultivándolas”.
En vísperas de su aniversario, la biblioteca de Jasaviurt viene preparando otros internet proyectos igualmente interesantes y divertidos. Seleccionan los poemas de Rasul Gamzátov y los publican en un blog especial. El evento más importante e inolvidable para los lectores del poeta y los empleados de la biblioteca siempre será el encuentro con el poeta.
Elmir Yakúbov: “Fue una fiesta para todos nuestros lectores. Una multitud rodeó al poeta, ya enfermo, quien, sin embargo, con muchas ganas y humor, respondía a todas las preguntas. Lamentablemente, el encuentro fue corto. Muy a pesar mío, no la presencié, porque lo estábamos esperando en otro lugar. Sin embargo, para recordar el encuentro, nuestra biblioteca recibió un excelente regalo, esta antología que recoge dos de mis obras más queridas del poeta: Mi Daguestán y La Constitución del montañés. Rasul Gamzátovich dejó en este libro un autógrafo. Desde aquel día memorable, de junio de 2002, guardamos esta edición en un fondo especial. Sacamos este libro solo en fechas especiales para mostrar cuán cercana era nuestra amistad con el poeta”.
Teatro de la Poesía en Majachkalá, la capital de Daguestán: de Pushkin a Gamzátov
Cada persona que alguna vez se haya encontrado con Rasul, guarda con cariño este encuentro en su memoria. Con él uno sentía libertad y sencillez. Las que solo él pudo comunicar. Sus enunciados tenían tanta sabiduría y fino humor del Cáucaso. Lo buscaban, querían reunirse con él, esperaban que ayudara, algunos por valorar muy en alto la amistad con él, mientras que él sí sabía valorar la verdadera amistad: Aprende, mi amigo, el valor de la discordia y la amistad / y no peques con juicio apresurado. / La rabia con el amigo puede durar nada, / no te precipites a abrumarlo. / Tu amigo tal vez se apresuró / y te ofendió sin querer. / Ha cometido una falta y la reconoció. / No se la eches en cara, ¿para qué? / Humanos somos, envejecemos, anacrónicos, / y en el curso de los años y los días / se van así no más nuestros amigos / y conseguir otros con facilidad no resultaría. /
Su casa, ubicada en el centro de Majachkalá, la que desde el principio estaba pensada como su casa-museo, la visitaron muchos personajes famosos de Daguestán, Rusia, la URSS y de todo el mundo. Parece que se abre la puerta y entra Rasul y con él, irrumpe el bullicio, la alegría, la vida.
Salijat Gamzátova: “No me gustaría celebrar el cumpleaños de mi papá en la casa vacía. Ni siquiera con unos parientes. El 8 de septiembre, cuando estaba en casa, siempre había mucha gente, algunos llegaban con acordeones, con otros instrumentos musicales. Amaba a la gente y así le gustaba celebrarlo. Claro que estoy muy agradecida por los recitales, llegan muchos poetas y escritores, una escritora bielorrusa dijo que no podía creer que estaba en la casa Rasul Gamzátov, estaba tan emocionada. Pensé entonces que bien que mi papá hasta ahora abra el camino hacia algo bueno, algo tan grato, que la gente vaya conociendo su patria que él amaba tanto. Como si pudiera compartir su Daguestán con todos, qué bien es ir conociendo otro país, otra cultura en el contexto de un gran poeta”.
Salijat Gamzátovna Gamzátova,en un homenaje a su padre
Es lo que esperan de Salijat Gamzátova, que sea ella la que se ocupe de las obras de su padre. Pero ella entiende: esta labor es de mucha responsabilidad que sería capaz de hacer solo un especialista. Para eso, adjunto al Instituto de la Lengua, Artes y Literatura de Daguestán, se instituyó un centro científico de estudios del legado poético de Rasul Gamzátov. Es una nueva institución, creada a finales de 2005 por orden del Soviet de la República de Daguestán. El académico Gadjí Gamzátov, hermano de Rasul Gamzátov, tiene una actitud especial hacia este centro, porque la idea de crear este centro fue suya. Siempre le brindó ayuda y con mucho esmero y atención revisó sus publicaciones.
Fatyma Mujamédova: “Las principales tendencias en la investigación científica de nuestro centro consiste en el estudio de las obras de Rasul Gamzátov (tal y como lo dicen los documentos constitutivos), así como en la recolección y sistematización de su legado literario. Eso supone la edición de su biografía artística, las bases de manuscritos y otras fuentes, la base de datos sobre sus obras en poesía y prosa”.
A pesar de que trabajan en este centro solo cuatro personas, dos de ellos jóvenes, hasta ahora han alcanzado a realizar un trabajo científico muy extenso. Se llevaron a cabo las “Lecturas de Gamzátov”, sesiones científicas conmemorativas; se publicaron numerosas monografías y libros, muchos de los cuales fueron altamente valorados, sobre todo, los de la crítica literaria Chakar Yusúpova: “Rasul Gamzátov en el mundo partido”.
Fatyma Mujamédova: “Esta monografía está centrada en la poesía de Rasul Gamzátov, creada en los últimos quince años del siglo pasado, tiempos de bruscos cambios, colapso de una gran potencia y su transformación tormentosa. El libro fue acogido con gran entusiasmo tanto por los lectores como por los críticos. Lo conocen muchos especialistas en literatura y escritores. El Doctor en Filología Yuri Bórev dijo que era un libro talentoso escrito sobre un talentoso poeta. Kazbek Sultánov, insigne investigador del Instituto de Literatura Universal de la Academia de Ciencias de Rusia, lo calificó como uno de los mejores libros sobre Rasul Gamzátov: ˊvemos en él a Rasul tal y como era de verdad, en el período más complicado, arduo y confuso de su vidaˋ. La obra de Rasul es un fenómeno de trascendencia mundial, tanto para el occidente como para el oriente”.
Siempre seleccionamos los mejores tiempos de cada poeta. La gente dotada de talento escribe mucho y de lo mucho subsisten pequeñas colecciones y de ellas, algunos versos. El tiempo es un juez cruel. Al lado de Rasul Gamzátov estuvieron y escribieron muchos poetas y escritores. Sin embargo, ninguno de ellos logró perpetuarse como él. En muchas ferias del libro, que se celebraron en la biblioteca central de la República, presentó su producción la editorial Época. Una gran parte de ella fueron las ediciones polícromas con obras de Rasul Gamzátov. Eran las que atraían la atención de los visitantes.
Guennadi Ivánov: “Me parece que la obra de Gamzátov, al menos, su mejor parte, se va a perpetuar; Daguestán y el pueblo avar la va a necesitar en su plenitud, todo lo que escribió será importante y valioso”.
Sus versos se declaman como antes. Los investigadores estudian su herencia poética. Pero por ahora falta una crónica completa de su vida.
Guennadi Ivánov: “No tenemos aún una crónica de su vida, aunque su vida, en sí, es muy interesante. Van saliendo a la luz un volumen tras otro con memorias de autores distintos que sí podrían servir de base para una crónica completa. Eso implica una gran labor que debería hacerse realidad mientras estén vivos sus familiares y las personas que lo conocieron. Gamzátov, como todo gran poeta, es un enigma, el misterio de la poesía misma. Por mucho que tratemos de definirla y revelar su esencia, nunca podremos entender cómo una persona pronuncia palabras que no tienen reflexión alguna y otra, al pronunciarlas, te enciende el corazón, y descubres con este poeta todo un mundo y ya no puedes vivir sin sus versos”.
Hoy, como nunca, nos hace falta la presencia del poeta. Sí, conservamos sus creaciones, es cierto, pero si él estuviera a nuestro lado, todo sería diferente. Él mismo creía que todo cambiaría para bien, creía en las mejores cualidades humanas, en la bondad y la justicia, en el amor a su patria y la madre, creía en la vida: “Todas las páginas del libro de la vida son hermosas, / todo en este libro es inteligente y sensato. / Para renacer como una espiga de trigo, / el grano muerto yace en el suelo. // Cuando la lluvia primaveral caiga en algún lugar, / en los prados brotará hierba bulliciosa; / cuando una lágrima brote de los ojos del poeta, / nacerán de su alma las palabras reales.” Rasul Gamzátov
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