Tomado de Historia.RF, https://histrf.ru/read/biographies/valeriy-yakovlevich-bryusov
Valery Bryusov, el fundador del simbolismo ruso; gracias a su energía, talento y perseverancia, que le permitieron superar las burlas y malentendidos, consolidó su creación como el movimiento literario más importante de la Edad de Plata en Rusia.
Infancia y juventud de Valeri Briúsov
Valeri Yákovlevich Briúsov nació el 1 (13) de diciembre de 1873 en Moscú en una familia de comerciantes. Su abuelo paterno, Kuzma Andréevich Briúsov, salió de la servidumbre y, al cabo de un tiempo, se hizo rico y se convirtió en comerciante de alta categoría. El abuelo materno, Alexánder Yákovlevich Bakulin, a pesar de que pertenecía al mismo medio de mercaderes, era aficionado a la literatura y escribía fábulas como autodidacta. El padre del poeta, Alexánder Kuzmich, se dedicó apasionadamente a la autoeducación, leyó a Karl Marx, Charles Darwin, Henry Thomas Buckle; simpatizaba con el movimiento revolucionario: encima de su escritorio tenía colgados los retratos de N.G. Chernyshevski y D.I. Písarev. Su madre, Matriona Alexándrovna, aunque amaba a su primogénito incondicionalmente, a diferencia del abuelo y el padre de Valeri, no jugó un papel importante en el desarrollo espiritual de su hijo.
Valeri Briúsov, apróx. 1900, fuente: https://bigenc.ru
Después de haber aprendido a leer a una edad muy temprana, el niño curioso pasaba todo su tiempo en la copiosa biblioteca de su padre. Su lectura favorita eran las novelas de aventuras de Julio Verne y James Fenimore Cooper, así como las biografías de grandes científicos, viajeros e inventores. Desde muy temprano, el pequeño ratón de biblioteca sintió una gran pasión por la escritura: según recuerda el poeta, escribió la comedia “Rana” tan pronto como pudo, cuando tenía apenas cuatro años. Desde la edad de seis, a Valeri le enseñaron francés y aritmética. Siendo el favorito de la familia creció colmado de adoración de todos sus miembros.
Educación de Valeri Briúsov
En 1885, Briúsov ingresó al segundo grado del gimnasio privado de F.I. Kreiman. El estudiante de secundaria, que no sabía pelear ni echar maldiciones, inmediatamente se convirtió en objeto de burlas, empujones y bofetadas de sus compañeros. Sin embargo, a finales de año la situación cambió: durante los descansos, Briúsov narraba el contenido de las novelas de Alexandre Dumas y Thomas Main Reed con tanta emoción que se formaba a su alrededor todo un círculo de oyentes, al que acudían aun los estudiantes de cursos superiores. Briúsov llegó a gozar de tanto aprecio entre sus compañeros que el principiante cuentacuentos comenzó a prepararse para los recreos con más cuidado que para las clases. En el gimnasio, Briúsov se hizo amigo de V.K. Staniukóvich; ellos dos juntos publicaron la revista manuscrita “Nachalo” (Comienzo).
Valeri Yákovlevich Briúsov, retrato de S.V. Malyutin, 1913, fuente: https://artchive.ru
De 1890 a 1893 Valeri estudió en el gimnasio de L.I. Polivanov, el más prestigioso y considerado el mejor de Moscú. Entre sus aficiones de ese período estaban las Matemáticas, la Historia Antigua, la filosofía de Spinoza y Gottfried-Wilhelm Leibniz y, sobre todo, los poetas simbolistas franceses: Charles Baudelaire, Paul Verlaine, Arthur Rimbaud. De 1893 a 1899 Briúsov estudió en la Universidad de Moscú, primero en el Departamento de Filología y desde 1895, en el Departamento de Historia. Asistió a las conferencias de reconocidos profesores: V.O. Kliuchevski, P.G. Vinogradov, F.E. Korsh, L.M. Lopatin. Escogió para su monografía la teoría del conocimiento de Leibniz y aprobó 9 de los 10 exámenes finales con el puntaje más alto. En 1899, el joven historiador recibió el título de primer grado, pero por aquel entonces ni siquiera planeaba continuar con su carrera profesional. En ese momento, Briúsov se sentía completamente cautivado por la poesía decadente.
Comienzo de la vida literaria
Aunque Briúsov comenzó a escribir poesía a partir de 1881, su propio estilo y la consciente experimentación poética se fortalecieron hacia 1892, en primer lugar, gracias a la aproximación a los simbolistas franceses. Seducido por la estética y la compleja métrica decadente, Briúsov se sumergió por completo en este mundo. Aún en su época de estudiante, en los años 1894 y 1895, publicó tres pequeñas colecciones de poemas, supuestamente, de simbolistas rusos, que... había escrito él mismo bajo diferentes seudónimos.
Los críticos acogieron las colecciones como una curiosidad literaria. El público quedó especialmente impactado por su monoverso: “Oh, tapa tus pálidas piernas”. Este trabajo le trajo cierta notoriedad y la reputación del principal decadente de Rusia. Sin embargo, la crítica rechazó unánimemente la siguiente publicación suya, la colección “Obras maestras”, que salió a la luz en 1896. Así fue como comenzó la larga lucha de Briúsov por el reconocimiento de la poesía simbolista.
Obra poética de Valeri Briúsov
En 1899, el poeta publicó el folleto titulado “Sobre el arte”, en el que expuso las principales ideas estéticas de la nueva poesía: sobre el misterioso bosque de símbolos, el misticismo de la vida cotidiana, la musicalidad del pensamiento, influenciado, tal vez, por K.D. Balmont a quien había conocido cinco años antes, en 1894, y con quien una relación de confabuladores cuajó con el tiempo en una amistad duradera. A finales de siglo se formó un grupo de poetas decadentes: F.K. Sologub, D.S. Merezhkovski, K.K. Sluchevski, Z.N. Guippius y otros, quienes, no obstante, no gozaban de amplio reconocimiento.
Domicilio del poeta en la calle Meshchanskaya (ahora avenida de la Paz), en la que vivió Valeri Briúsov de 1910 a 1924, fuente: https://ru.wikipedia.org
Briúsov promovió activamente el simbolismo en los círculos cultos de la sociedad. Llegó a ser uno de los dirigentes de la editorial “Scorpion”, organizador del almanaque “Flores del Norte”, iniciador y editor de la revista “Balanza”, la principal portavoz del simbolismo ruso. A principios de siglo se produjo un punto de inflexión en la obra personal del poeta. Abandonó los extremos del egocentrismo, amplió el temario y perfeccionó las técnicas estilísticas. Las colecciones “Urbi et Orbi” (1903) y especialmente “Stephanos” (Corona de flores, 1905) revelaron a Briúsov como un poeta muy talentoso que conocía bien todas las complejidades de la versificación. No quedó ni rastro de las burlas de antes. Salió una reseña crítica que decía en particular: “Briúsov no tiene rivales en el campo de la rima, el ritmo, el estilo y la precisión del verso”. Ahora sí el simbolismo entró en la moda literaria y se reconocía por el público lector.
Las puertas de las revistas más populares se abrieron ante Briúsov: “El Mundo Moderno”, “Educación”, “Pensamiento ruso”. En esta última, entre 1910 y 1912, el poeta ocupó incluso el cargo de jefe del departamento literario. Después de 1910, se alejó de la estética simbolista, la que tanto se había esforzado por establecer. Los principios racionalistas y una visión amplia de la cultura se fortalecieron en su obra y, con el paso de los años, el interés del escritor se desplazó de la poesía a la prosa. Sus novelas encajan principalmente en el género histórico. La mejor de ellas, “El ángel de fuego”, escrita en 1908, cuenta la historia sucedida en Alemania en la época de la Reforma.
El poeta sumido en la lectura, fuente: https://biographe.ru
Briúsov acogió con entusiasmo el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Se fue al frente como corresponsal del periódico ruso “Vedomosti”. Sin embargo, poco a poco el entusiasmo cedió ante la decepción, lo que afectó su obra. El declive de la fuerza poética se puede ver claramente en la colección de 1917 “La Novena Kamena”. El poeta aceptó la revolución de 1917 como un “océano del poder popular”: a diferencia de muchos personajes de la Edad de Plata, reconoció inmediatamente el poder de los bolcheviques y participó en la construcción de la literatura soviética. De 1918 a 1919 Briúsov dirigió el Comité de Registro de Prensa, de 1919 a 1921 se desempeñó como presidente del departamento de la Unión de Poetas de toda Rusia en Moscú, desde 1921 hasta su muerte dirigió el VLHI (Instituto de Bellas Artes y Literatura) y en 1920 ingresó en el Partido Comunista (Bolchevique).
Cabe señalar que Briúsov se distinguió por una asombrosa capacidad de trabajo y su actividad literaria presentaba muchas facetas. Hizo muchas traducciones exitosas, incluso del idioma armenio que había aprendido en menos de un año. En la crítica literaria, Briúsov se hizo famoso como un importante estudioso de Pushkin después de haber dedicado varias docenas de artículos a diversos aspectos de la obra del “sol de la poesía rusa”; investigó la poética del verso y la teoría de la versificación.
Vida familiar y personal de Valeri Briúsov
Sus poemas de amor se basan, en gran medida, en experiencias personales. En el gimnasio, vivió un drama difícil cuando su amada Elena Kraskova murió de viruela. La esposa de Valeri Yákovlevich se llamaba Ioanna Matvéevna Runt, checa de nacimiento y católica de religión quien en febrero de 1897 fue contratada como institutriz en la casa de los Briúsov y ya en septiembre del mismo año se casó con el hijo de sus patrones.
Valeri Briúsov con su esposa Ioanna Matvéevna, década de 1910, fuente: https://goslitmuz.ru
Zinaida Guippius caracterizó a la esposa del poeta como “excepcionalmente común y corriente”. Dedicó toda su vida a servir abnegadamente a su marido; la pareja no tuvo hijos. Sin embargo, el propio Briúsov a menudo buscaba inspiración poética en los brazos de otras musas: la dama bohemia N.I. Petróvskaya, la gran actriz V.F. Komissarzhévskaya, la joven poetisa N.G. Lvova y otras.
Muerte y funeral de Valeri Briúsov
En septiembre de 1924, Valeri Briúsov regresó de Crimea dispuesto a dictar conferencias en el VLHI, pero de repente se enfermó de neumonía lobular, complicada con pleuresía. Incluso postrado en cama con fiebre alta, daba órdenes para el Instituto y esperaba recuperarse pronto. Los eminentes médicos especialistas intentaron salvarle la vida: los doctores V.D. Shervinsky y E.E. Fromgold.
Tumba de V.Ya. Briúsov en el cementerio Novodevichy de Moscú, fuente: https://kartarf.ru
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos de los médicos, “el cuerpo, considerablemente debilitado antes de la enfermedad, no pudo soportar la toxemia cada vez mayor”. La muerte se produjo en la mañana del 9 de octubre de 1924, o sea, hace ya más de 100 años. Las últimas palabras del poeta fueron: “Mis poemas...”. En la ceremonia de despedida, el 12 de octubre, estuvo presente el Comisario del Pueblo A.V. Lunacharski, quien dijo: “La revolución tiene su propio método para estudiar los fenómenos sociales y lo aplica al campo del arte. Briúsov apreció este método revolucionario y se dedicó por completo a la tarea de revalorizar los fenómenos del arte desde un punto de vista social. Qué feliz fue Briúsov, que vivió para ver el tiempo en que el trabajo social no humilla al poeta ni agacha su cabeza sino que demostró con su ejemplo cómo puede mantenerse erguida una persona.” Los estudiantes que acompañaban la procesión fúnebre recibieron un pequeño libro, la última colección de sus poemas “¡Apúrate!”. Los restos del poeta descansan en el cementerio Novodevichy de Moscú.
Importancia del legado de Valeri Briúsov
Briúsov dejó una inborrable impronta en la literatura rusa como un poeta innovador. Su papel en el arraigo del simbolismo como un estilo elevado de la poesía rusa es innegable y ampliamente reconocido. Poseedor de conocimientos enciclopédicos e infatigable buscador de formas estéticamente perfectas, Briúsov experimentó audazmente con metros y pies poéticos, con los secretos psicológicos del hombre y metáforas abstractas, todo ello por la gloria inalterable de la poesía rusa y su lugar en la cultura mundial. Sus poemas fueron llevados a la música compuesta por nadie menos que Serguéi Rajmáninov, Mijaíl Gnesin y Reinhold Gliere, y algunos de sus relatos, al cine, “Las últimas páginas del diario de una mujer” y “Ansia de pasión”.
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